Ni las crisis por las que el 'gran imperio' esté atravesando, ni los muros, ni la policía fronteriza han acabado con la voluntad de millones de personas que tienen la mirada puesta en los Estados Unidos, principalmentelmente los mexicanos y centroamericanos.
En estas fechas, son cientos de miles los connacionales que regresan a sus comunidades de origen, vuelven a sus hogares para compartir con sus familias el fin de año y desde luego, los frutos que convertidos en billetes verdes, sirven para paliar las carencias que los obligaron a migrar.
Como ocurre cada fin de año, en la bienvenida a los 'paisanos' se involucran algunas instancias del gobierno, algunas para apoyarlos en su retorno y otras, lamentablemente para extorsionarlos.
El regreso de los mexicanos y la consecuente llegada de remesas, permite la reactivación económica de las comunidades, pues afortunadamente, la derrama económica en dólares beneficia a comerciantes, trabajadores de la construcción y prestadores de servicios, pero las más favorecidas resultan ser las familias de los migrantes.
Mientras algunos connacionales están de regreso con su gente para celebrar los frutos del ‘sueño americano’, para otros, la pesadilla no termina, sobre todo, para aquellos que cayeron en las garras de la delincuencia; contrastes de la realidad.
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